domingo, 25 de octubre de 2009

Desencuentros


No eras beso, ni recodo,
acaso abismo, vinagre tibio,
madrugada.

No eras reflejo, ni dulce pan,
y me moría de cansado bufón
en tus ventanas.

Y sin embargo, pinté
un arbol desesperado
en tus colinas.
Adoré la tierra arida,
soñé oasis en tu piel.

Invoqué tu presencia
de azul y suave rio.
Hice y me rehice,
atesorando brumas
y congojas.

No eras tú, ni yo,
eran grises nubes
aniquilando la esperanza.

10 comentarios:

  1. Jaud, este poema es exquisito.Lo saborié de principio a fin.
    ¡Bellisimo!
    " pinte un arbol desesperado en tus colinas" y puedo seguir y asi transcribir todo el poema que está construido de un todo tibio que alienta la esperanza.

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  2. "No eras tú, ni yo,
    eran grises nubes
    aniquilando la esperanza"

    El sol hará el resto.
    Saludos siempre,

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  3. Ale, que decirte, son un honor tus palabras. Tu grata presencia enriquece este blog. Un fuerte abrazo.

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  4. Robërto, eso espero, jeje. Saludos fraternos

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  5. Muy inspirado y de una impresionante belleza. Un poema de lo mejorcito que he leído, mi querido Jaud. Y además, leerlo mientras suena "El canónigo" de Pachelbel, es todo un lujazo. Preciosa también la fotografía de tu cabecera de título, que, sino me equivoco, son ventanas incas de Cuzco o del Macchu Picchu, ¿no? Un besote fuerte y feliz fin de semana.

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  6. Africa, es un placer saber que te gusto. Un Abrazo

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  7. HOla querida Mayte, gracias por tu cariño cada vez que pasas. Si, es Pachelbel, me encanta, al igual que muchas piesas clásicas que es un poco arduo enumerar. Y la foto es de Macchu Picchu, no la tome yo, pero si estuve alli, es un sitio espectacular. Besos

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  8. hizo y se rehizo ...
    Constante es el rearmado, verdad?

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  9. Pues si, es constante, todo para poder seguir.

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