domingo, 14 de junio de 2009

Ser

En cada palabra liberada
en cada gesto diminuto e inconcluso.
En cada signo de amor.
En cada mañana inerme en el balcón,
en cada estruendo de tus brazos en la noche
en toda la caminata de tu existencia en la tarde
he perdido la sombra de mis ilusiones.
La estrella risueña ha muerto
sin yo saberlo
y me aferro al mundo desigual de mis dias,
creo condenarme en la aceptación de lo cotidiano...
...Mientras yaces incólume
rosa de amor
en la negación del deseo,
como un veneno en el umbral de lo hermoso.

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