Los ríos que nacían de tu boca
eran eléctricos.
Yo me ahogaba finalmente
y liberaba luces y sortijas.
No me quedaba nada para mi.
Tu lo rebuscabas todo,
no habían rincones vírgenes,
ni bosques milenarios.
Estábamos entre el mar
y el cielo.
Tu con tus senos,
semejando señuelos y bahías,
y yo flotando,
adormitado,
en sueños de extraños peces.
:) eso es pasión y lo demás historias.
ResponderEliminarBuenas Tardes Jaur.
ResponderEliminarVerdadero paisaje de sensaciones es "Los ríos de tu boca". Muchas Gracias por la publicación y por cierto, fue un encantador e inesperado placer compartir mi artículo con Usted.
Espero darle buenas razones para volver a mi espacio. Tengo las mías para seguir leyéndolo, con su permiso.
Saludos cordiales.
Quisiera ser capaz de escribir acerca del amor, pero siempre que lo he intentado, las palabras se me escapan... me pregunto, ¿por qué?
ResponderEliminarSaludos.
Precioso, como todos tus poemas, amigo Jaud, evocador y sensual...Tengo que ponerme al día con cuanto hayas escrito en mi ausencia, ya que acabo de regresar de Marruecos. También te agradezco tu lectura y hermoso comentario, eres muy amable. Recibe un besote muy fuerte.
ResponderEliminarHola Susana, gracias por venir y por tu amabilidad en apreciar mis escritos. le admiro el trabajo que hace en su blog, y con seguridad estaré pasando frecuentemente, en esta posibilidad maravillosa que significa acercarnos a través de la red. Un abrazo.
ResponderEliminarAlisma, gracias por leerme, estuve leyendo el cuento que le escribes a tus enanos. Esta super, debes continuar asi. Y por lo que aceptas wueno puedes escribir sobre el amor, creo que ya te llegara el momento, porque ante esas cosas te juro que el corazón no lo calla. Un abrazo
ResponderEliminarMayte, estabas viajando por marruecos, que maravilla!!!. Bueno, bienvenida nuevamente, y gracias por tu cariño. Un beso
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