Mi espalda adornada
de hojas y cortezas.
Con el calor de la tierra
te liberé.
Nos dimos alas
pequeñas historias
que empezaban en un portal,
viajes matutinos con tu boca
en mi corazón
y mis manos salvando una flor de loto,
esparciendo sándalo
tras rincones existenciales
y comiéndonos los labios
con la crueldad
de descubiertos animales.
Físicidad y lírica, en una palabra.
ResponderEliminarGracias por traerme hasta tus versos...son preciosos, luminosos, profundos.Me quedaré u8n buen rato a disfrutar.Espero que sigamos compartiendo.Un abrazo, poeta
ResponderEliminarGracias Raul, tus impresiones son muy valiosas. Marisa, honor que me haces. Enhorabuena, como ustedes dicen...y claro, debemos compartir para crecer..como dijo alguien por ahi..Un abrazo
ResponderEliminarQuiero recostarme en mi cama, junto a una copita de vino (aunque sea de a 30 pesos) y leer tu blog con calma.. digerir tus palabras y conocerte y reconocerte mejor.
ResponderEliminarEl viernes por la noche será....
jajajaja, aunque sea de a 30 pesos, muy buena esa. Es un honor saber que vas a estar...
ResponderEliminarMuy bello tu poema, que encierra una verdad que he paladeado hace hoy apenas 8 días. Un beso Jaud y continúa deleitándonos con el poder de la palabra.
ResponderEliminarGracias Dalianegra, me alegra siempre encontrarte. Que bueno que conozcas esa verdad, a veces parece que por breves instantes, nada mas importa. San Agustín dijo "Ama y haz lo que quieras...Un beso
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