Fué el consenso nebuloso
del creer que eras mía.
Apostado en mis sudores
de los sabados,
en el preludio de la risa
de los hijos que vuelan por la casa.
Y tú descrubriéndote
furtiva y santa,
amándote ya no en tu mitad,
sino en ti misma.
Sin historias de manzanas
prohibidas.
Eva y tú, tiñendo
de rubor las madrugadas.
Y yo inerme,
oscuramente inmune
a tanta libertad,
te veo ir en la danza de tu pelo
que huele a fresas en almibar.
Y te llevas la vida,
en esa fiesta de senos y amapola
que juega en tu cintura.
imagen tomada del site www.poemas-del-alma.com
cuanta musica tiene este poema,olor de amores domesticos y mucha ,mucha sensualidad,alegria de vivir, remolino de colores.
ResponderEliminarEva y tú, tiñendo de rubor la madrugada...qué belleza.Me encanta Jaud, deverdad.Besos
ResponderEliminarHola Jaud
ResponderEliminarLos colores como escribes,
pintan los versos en palabras azules...
Muy bien!
Masculina forma de apreciar, sentir, recordar, añorar a una mujer. Qué bonitas letras Jaud!
ResponderEliminarMuchas Gracias por publicarlas!
Un abrazo!
Increíblamente bello e inspirado este poema dedicado a la mujer completa, no a una parte de ella, sino al todo que forma la naturaleza femenina y donde toda mujer puede sentirse reconocida. Precioso, Jaud. Un beso para ti, poeta de lo etéreo.
ResponderEliminarAbuela, gracias por tus visitas, siempre adornadas de gentileza. Abrazos
ResponderEliminarMarisa, admirada siempre, me alegra mucho el estimulo que me das. Besos para ti.
ResponderEliminarROberto, gracias por tus palabras, siempre me sorprendo con tus cuentos breves. Un abrazo
ResponderEliminarSusana, es un honor que me leas, y un verdadero placer cultivarme con tus entradas. Abrazos
ResponderEliminarQuerida Mayte, dentro de lo que me mueve en la poesia, esta presente la mujer, ciertamente, a veces cargado densamente o a veces mas etéreo, mas sublime, pero resulta sobre todo un aprendizaje, un sentimiento, la busqueda, el estar, la perdida, el recuerdo. Besos
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