
El país imposible de tu cuerpo desnudo
que apenas intuí.
que apenas intuí.
La hora perdida en las dudas infinitas.
Tus manos eternas que volaban
al sostén de mis mañanas.
al sostén de mis mañanas.
El primer beso de lluvia y mundo renacido
que no te robé.
que no te robé.
Tu caminar de flor mecida por el viento
y tu cara de Matisse, como una promesa envuelta en labios.
Los cantos de sirena, los mundos exactos de Lewis, Dickens
y tu risa, que te hace ave y ola
cabalgándome la vida .
y tu risa, que te hace ave y ola
cabalgándome la vida .
Tus pequeños gritos del goce advenedizo
que acopie en el delirio de Malba Tajan.
que acopie en el delirio de Malba Tajan.
Y tus ojos, tus ojos como un prodigio
de espejos en los que ya no habito.
de espejos en los que ya no habito.