
Cuando uno ama
ya no es un recuerdo
el correr de la sangre
por las venas.
Uno empeña su nariz
en ese paraíso que
es descubrir el
olor del otro,
y arriesga todas las
visiones por un minuto
en el vértigo de sus
rincones y convexidades.
Cuando uno ama se rebasan
todos los espacios,
y nos importan poco
las fronteras.
Cuando uno ama
a veces se nos cierra
el pecho con todos
los ardores,
iluminados y preciosos,
de tantos juegos y utopías.
Cuando uno ama
cree que vive, y es
ese instante justo de
sentir que apenas es
Un sueño.