AROMA DE TU AUSENCIA

Hoy ando corto de ti,
surto de amor,
encallado en tus besos.

Alumbrando el rincón
de tus caricias,
desandando sobre las huellas
de tu tiempo.

Y corto de tiempo
y largo de deseos,
se me muere la sonrisa
en el silencio,
y me va naciendo
la nostalgia
en tu recuerdo.

Pequeño Juego

Pequeño juego de miradas
ramos de sonrisas, y el miedo,
que nos recorre las caderas.

Pequeño amor de papel,
con trazos de colores
de la aurora de tus labios,
de la luna de tu boca,
de la primavera de tus besos.

De la savia que me das
en la saliva,
de la victoria que compartimos
sobre tus senos.

De la escena de carmín y piel,
fresa y mantecado
sobre tus muslos.

Pequeño juego
de palabras
que preparamos siempre
a la conquista.

Amor que pasa solamente

Amor

coleccionista de artefactos.

Amor

enamorado de amaneceres solos.

Amor

dormido al final del sendero.

Amor

irredento en una asimetría de besos.

Amor que pasa solamente.

Amor

que se descubre sin aliento.

Amor

que apenas vuela y se sumerge.

Amor

que te persigue y no te encuentra

y si te consigue no despierta.

Amor

que sólo atesora un poco de alimento

y parece que se sacia

a pesar de estar hambriento.

Amor

que entorpece los atajos,

que silva noches y pinta mediodías

teniendo el pincel para los días completos.

Amor, amor, amor

extraño afecto, colgado de tus ojeras

sembrado en pleno centro,

trashumante de lágrimas,

degollador de verbos.

Entre Lunas

Un poco cuerdo recorro esta historia, entre lunas y un brandy de segunda. Descubro que eres buena como las quimeras y olvidadiza como las hijas preadolescentes. No reconoces la nostalgia, porque hay una ínfima vena en tu corazón que contiene la risa y libera la burla. Las rabias te duran mas de un día, porque crees que hasta los grandes desconciertos también se llevan a la cama. Y sólo se que eres pequeña, un punto oscuro, lejano y diminuto. Pero en esta historia me descubro a mi mismo, sin dolor de tanto grito liberado, desmoronado como un hombre transparente, sin un eco tibio que me alcance, curando mis manos sudorosas de espinas, y aun persistes en mis papeles y aceitunas, como un beso agonizante que te salva del destierro.

El Cofre

Una tarde te quedaste
con mi piel.
Y el calor colmó
mis noches de insomnio,
no anduve descalzo
porque tú me cargabas.

Entonces te recorría
trémula,
como conduciendo un bote
de gran calado.

Y mirabas al fondo de nosotros,
retozando con unicornios
y lunas.

Una tarde me entregaste
la piel
y me quedé mirando al norte...
blanco
impoluto
frío

Los rios de tu boca

Los ríos que nacían de tu boca
eran eléctricos.
Yo me ahogaba finalmente
y liberaba luces y sortijas.

No me quedaba nada para mi.
Tu lo rebuscabas todo,
no habían rincones vírgenes,
ni bosques milenarios.

Estábamos entre el mar
y el cielo.
Tu con tus senos,
semejando señuelos y bahías,
y yo flotando,
adormitado,
en sueños de extraños peces.

Hoy quiero correr tras de ti

Hoy quiero correr tras de ti

en este campo abierto.

Quiero abrir los brazos

y encontrarte

y cerrarlos para mantenerte.

No voy a apretarte demasiado,

para que no escapes de mi lado.

Voy a construir una ventana,

para que me veas entrar

desde la mañana.

En adoquines de alfombra

y pétalos de extrañas flores,

voy a desgranar pausado

nuestro amor en mil colores.

Apurar en un te quiero,

cien mundos en este instante,

y después de amarte mucho,

comprender que no es bastante.

Hoy quiero correr tras de ti

en este campo abierto.